La Semana Santa tiene un componente, de dolor que este año 2012 se hace especialmente evidente, incluso para los no creyentes, gracias o por culpa, de la presentación por parte del PP de los PGE 2012, los también conocidos Presupuestos de la Ignominia.
Unos presupuestos cuyo dudoso mérito es el entrar en el Libro de los récord Guinness, al ostentar el dudoso honor de ser los más restrictivos de la historia de la España democrática y por ser los más lesivos con los derechos de los españoles y españolas, que jamás se puedan aprobar por el Parlamento en manos de la mayoría absoluta y absolutista del PP.
Basta ver los datos adjuntos, publicados por un diario tan poco proclive a los partidos de izquierda y en especial al PSOE, como El Mundo, para echarse a temblar si eres trabajador, parado, dependiente, alumno de alguna escuela o instituto público, usuario de la sanidad pública, agricultor, contratista de obra pública, etc.
Solo en el caso de que dispongas una fortuna lo suficientemente grande y que haya sido amasada gracias al fraude fiscal que hayas podido llevar a cabo, sólo en ese caso, estás de enhorabuena, tú eres el elegido por el PP para ser feliz, porque tuyo es el reino de la Amnistía Fiscal. Tuya es la Gloria del ladrón confeso y absuelto, tuya es la gloria del defraudador indemne.
Una vez más, aquellos que maliciosamente con clara y oscuras intenciones decían que "PP y PSOE, la misma cosa es", son los que ahora deberían pedir perdón por la infamia. No es que no sea la misma cosa, son tan salvajes los recortes y están tan bien dirigidos para acabar con el Estado de Bienestar que bien merecemos una disculpa los que fuimos insultados de semejante manera. Si ya sé que no recibiremos ninguna, pero hay que decirlo.
El PP, una vez más ha demostrado que su manera de afrontar esta crisis no pasa porque los que más tienen, que son los que más se beneficiaron de la burbuja inmobiliaria que ellos mismos crearon en los noventa, causa primigenia de esta crisis, sean los que más contribuyan a salir de la misma. Su solución lejos de que sea así, pasa por estrangular a la clase trabajadora y a las clases medias, si alguien queda en esa clase.
Así las cosas, no queda más remedio que aguantar, apretar los dientes y esperar. Esperar que el PP sea expulsado de las instituciones y una vez que las urnas los expulsen, reconstruir lo que dejen, que a buen seguro, lamentablemente será bien poco.